Otra historia muy interesante es cómo llegó Ganapati a ser Ekadanta, el de un solo colmillo. Vyasa es un vidente mítico que de haber existido sería el autor de los Vedas, los Puranas (leyendas de los dioses) y el Mahabharata, así como de otros textos clásicos de la India, lo que no le habría tomado menos de 400 años escribiendo. Cuando Vyasa fue llamado a escribir el Mahabharata, uno de los principales poemas épicos de la India, dijo que lo haría siempre y cuando le asignaran a Ganesh como escribano. De acuerdo con la mitología, que Vyasa pidiera algo a cambio de escribir no es raro, y tampoco es raro que le fuera concedido debido a la importancia de que Vyasa escribiera todo lo que escribió. Pero Ganesh sigue siendo un dios, y no sería lógico que aceptara una misión de parte de un simple vidente sin imponer alguna condición. Dijo que escribiría mientras Vyasa no dejara de dictarle, y en cuanto se detuviera, daría por terminada su tarea. Vyasa a su vez, impuso otra condición: que Ganesh no podría escribir nada que no hubiera entendido, y como en el Mahabharata suceden tantas cosas misteriosas, Vyasa tuvo tiempo de componer el texto más largo de la antigüedad. En una de esas ocasiones, mientras Vyasa le dictaba, se rompió la pluma con la que Ganesh estaba escribiendo, y con tal de no interrumpir su tarea, Ganesh se cortó uno de los colmillos y lo usó como pluma, así se convirtió en Ekadanta – (el que tiene) un diente. Ganesha también se llama Danti, el que tiene dientes. ¿No es curioso cuánto se parece la palabra danti a la palabra diente de nuestro español actual? En otra leyenda, Ganesh nace del resplandor de Shiva, quien después de todo es considerado como su padre, en este caso se refiere al hecho de que todo surge de la luz de Dios.
De este pequeño relato queda por aclarar “la importancia de que Vyasa escribiera todo lo que escribió”. Las palabras tienen para la filosofía de la India un poder en sí mismas que no tienen en otra parte, pero que poco a poco se vive en todo el mundo. La energía de las palabras se llama matrika shakti: la energía madre. No en balde dice la Biblia: En el principio fue el Verbo. Así que cuando Vyasa tiene que escribir, no está inventando un cuento o contando cosas de oídas, sino que está creando el mundo. Nada menos. Continuemos.
Ganesh tiene un hermano que se llama Skanda o Karttikeya, y es el dios de la guerra, porque conduce a las huestes de su padre para pelear contra los demonios. Skanda surge del semen de Siva que cae al Ganges, en donde lo alimentan unas ninfas. Skanda tiene seis cabezas, según una leyenda porque eran seis ninfas y él quería alimentarse de los seis pechos a la vez; según otra leyenda porque en realidad eran seis hermanos y cuando Párvati los ve, los encuentra tan adorables, que los abraza con muchísima fuerza y los 6 se funden en uno, pero conservando las seis cabezas y seis pares de brazos. Karttika-suta, uno de sus nombres, quiere decir: hijo de las seis madres. Un nombre grave de Skanda es Kumar, quiere decir “el que muere fácil”, pero no se refiere a su papel de guerrero, sino de niño. Tal era la mortandad de los niños, que decir “es un kumar”, significa “en cualquier momento se muere”. La cuna del culto a Párvati está en el actual Nepal. Allá, a la fecha se tiene la tradición de la Kumari, una niña que será honrada como diosa hasta que deje de ser niña. Las leyendas de los dioses de la India se recopilan en textos llamados Puranas. En el Purana de Skanda, existe un texto muy hermoso que se llama El Canto del Maestro, o Gurugita, que Elizabeth Gilbert, autora del libro Comer en Italia, Rezar en la India, Amar en Indonesia, ha mencionado como algo que no le gustaba, pero que en lo personal me fascina. También creo que Iskander, nombre que llega a nuestros días como Alejandro, tiene su origen en Skanda; ciertamente Alejandro Magno honra al dios de la guerra y de la muerte temprana.
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